Llegada la Semana Santa, abordamos en nuestro capítulo de ‘Personajes que marcaron la historia de la entidad’ a don César Alba Alarcón, quien fue presidente del Centro Mercantil y Hermano Mayor de la Macarena.
No podemos dejar de resaltar el repentino y desinteresado papel que el Mercantil ha ido desarrollando en los últimos años al erigirse su sede social de la calle Sierpes en un claro referente en el mundo cofrade. Y es que, sus salas expositivas, inmueble que ocupa ya desde hace casi cien años, se convierten en cobijo indiscutible en el que las Cofradías y Hermandades, así como todo tipo de artistas, dan a conocer su patrimonio con excepcionales exposiciones dignas de admirar.
No obstante, la vinculación al mundo cofrade no queda sólo en una sala expositiva, ya que en los días de Semana Santa la fachada del Mercantil, como lo hiciesen antaño, y así consta documentalmente en las actas respectivas, se cubren de una visual escenografía que engalana la calle Sierpes. Por todo ello, no hay duda de que su sede social es claro referente del mundo social sevillano. Sería imposible citar la amplia nómina de socios de la entidad que han pertenecido al mundo cofrade, nómina que se fue incrementando ya desde los primeros años del siglo XX, y especialmente en los años finales de la década de 1920, en los preámbulos de la Exposición de 1929. Desde finales del siglo XIX, el Mercantil siempre estuvo vinculado con las cofradías penitenciales más cercanas a su sede, como fueron las pertenecientes a la iglesia del Salvador, concretamente las hermandades de Pasión y El Amor,
Uno de los personajes más significativos de la historia del Mercantil es sin duda César Alba Alarcón, que desempeñó el cargo de presidente entre los años 1922 y 1927, una de las etapas más gloriosas de la historia de la entidad.
Conocemos el perfil biográfico de don César gracias al de su propia hija, Mercedes Alba Ayala. Nació en 1887, vivió en una de esas casas que dejan huella en la historia popular de cualquier ciudad, la casa de Joselito el Gallo en la Alameda de Hércules, que a su vez había pertenecido al torero gaditano José Sánchez del Campo Cara-Ancha. Había estudiado la carrera de Química, pero se dedicó al sector comercial, a instancias de su padre, Tiburcio Alba Larios, cuya residencia estaba en la calle Tetuán, 41, según consta en la Guía de Sevilla de Vicente Zarzuela. Don Tiburcio había nacido en Benacazón en 1849, habiéndose casado con María Josefa Mercedes Alarcón. Tuvieron varios hijos: Tiburcio, Francisco Javier, María Mercedes y Rosario Alba, junto con César. Su padre murió en 1905, con solo cincuenta y siete años de edad y su madre en 1981, con ochenta y dos años.
Cabe destacar la figura de su propio hermano, Francisco Javier Alba Alarcón, que llegó a ser presidente del Sevilla Fútbol Club, entre 1914 y 1919, muriendo muy poco tiempo después, en abril de 1921, con sólo treinta y un años, llegando a ser uno de los más carismáticos presidentes del club. Curiosamente, durante su presidencia, se trasladó la Secretaría del Sevilla FC a los altos del Mercantil, durante los años en los que se remozó el conocido campo del Mercantil. Se casaría con Josefa Ayala y Mas, hija de un propietario de una fábrica de harinas ubicada en la calle Escuderos, Harinas San Basilio.
La llegada a la presidencia del Mercantil de don César coincidiría con la instauración del régimen militar de Miguel Primo de Rivera en 1923, en unos momentos en que el sector mercantil vivía una etapa muy delicada. La nueva Junta Directiva contaría con un gran número de figuras representativas del sector comercial como fueron Paulino del Pueyo Rodríguez, propietario de la fábrica de espejos y vidrios llamada “La Trinidad”, en la calle Miraflores, 26; Domingo Queraltó Horta, que en 1903 creó su primera tienda de ortopedia, expandiendo su negocio en el sector de la óptica por Andalucía; Alfredo Arboleya Hortal, propietario de almacenes de coloniales, quien ostentó la vicepresidencia segunda del Betis en 1931; o Jaime Santanach, que participaría en la fundación de la Sociedad Anónima llamada “Acción Comercial Hispánica”, ya en 1931.
Poco después de llegar a la presidencia, fallecía doña Mercedes Alarcón, esposa de don César Alba por lo que entre los días 16 de febrero y el 8 de marzo de 1923, dejaría en suspenso su cargo en la Presidencia, siendo sustituido en este corto periodo por el vicepresidente, Francisco Clavero (Junta Directiva 16 de febrero de 1923, p.189). El 8 de marzo de 1923 volvería a ocupar la Presidencia. En este periodo se iría incrementando el número de socios, y la entidad se incluiría en todos los proyectos que se iban articulando en la ciudad, como fue la preparación de la Exposición Iberoamericana. En este sentido, el Centro Mercantil se vería muy fortalecido.
Durante este periodo tenemos constancia del apoyo que el Centro Mercantil ofrecía a las Cofradías Penitenciales y a otras Hermandades. Entre otras evidencias, la institución acordó conceder un donativo de veinticinco pesetas a la parroquia del Salvador para la novena en honor a la Virgen del Rocío (Junta Directiva de 24 de abril de 1925, p.317), cuando aún no se había fundado la Hermandad. Se dio asimismo un donativo a la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor de diez pesetas, al igual que había donado el año anterior (Junta Directiva de 20 de febrero de 1925, p.333), y a las Hermandades de Pasión y la Oración en el Huerto. En el año 1926, volvería a concederse alguna gratificación económica como fue el caso de la Hermandad del Amor, contribuyendo con diez pesetas a la suscripción abierta por la socia Matilde González, para la realización de un tapete. El propio perfil cofrade de don César Alba es indiscutible, vinculado a la Hermandad de la Macarena.
Sin embargo, por sorpresa llegaría la dimisión de César Alba como presidente del Centro Mercantil. Sería en la Junta Directiva del 25 de enero de 1927, cuando se confirmaba su dimisión, aunque se desconoce cuál fue su causa, ya que no consta en acta. Sería Máximo Hortal en su calidad de vicepresidente quien lo anunciaría en la Junta Directiva, declarando que no tiene que recordar pues está en el ánimo de los señores socios, la brillante actuación del señor Alba al frente de la Directiva, pues durante su mandato los prestigios de la Sociedad han llegado a altura jamás superada. Sintiendo que las circunstancias especiales que obligan al Sr. Alba a hacer dejación del cargo con carácter de irrevocable no nos permita gestionar la suspensión de dicho deseo y tener que admitir dicha dimisión (Junta Directiva de 25 de enero de 1927, p.29). Todos los miembros de la Junta, como así consta en el acta, se manifestaron en total acuerdo con las palabras del Sr. Hortal, acordándose por unanimidad que constara el agradecimiento de la Directiva por tan beneficiosa actuación y el sentimiento de verse privado de cooperación tan valiosa (Junta Directiva de 25 de enero de 1927, p.29).
Sin embargo, su figura en la vida social volvería a aparecer en la cofradía de su vida, la Hermandad de la Macarena, al ser nombrado hermano mayor interino entre 1928 y 1929. La vinculación emocional de César Alba con la Hermandad de la Macarena lo narra su propia hija, que recuerda que conserva una fotografía en la que se ve a su padre siendo hermano mayor delante del paso de la Virgen ya de vuelta, con su antifaz recogido, así como los que lo acompañaban, con caras de máxima alegría. Asimismo, menciona cómo su padre llevaba siempre en su cartera una estampa de la Esperanza.
Cabe anotar que su propia esposa, Doña Josefa Ayala, fue camarera de la Virgen, junto a las Hermanas de la Cruz. Y sería en estos años cuando la Hermandad de la Esperanza viviría uno de los años más excepcionales, encargándose a Antonio Lastrucci (1878-1967), a finales de 1928, uno de los misterios más representativos de la historia de la Semana Santa de Sevilla, el misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, siendo estrenado ya en 1929.
Sin ninguna duda el imaginero discípulo de Antonio Susillo (1855.1896) se había convertido en el gran imaginero de principios del siglo XX, habiendo estrenado un año antes, en 1928, el paso de la Presentación de la Hermandad de San Benito. Unos años después, en 1933, el propio Castillo Lastrucci restauraría la imagen del Cristo. El paso sería reformado unos años después, en 1938 y ampliado dos años después.
Paso Procesional de 1928
Paso Procesional de 1929
Un año después, en 1930, la Semana Santa sevillana estrenaba una de sus joyas, el manto de la Esperanza Macarena, realizado en el taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda en tisú de color verde con bordados en hilos de oro, una pieza patrocinada por el propio rey Alfonso XIII, que había iniciado la suscripción popular entre hermanos y devotos. Su contrato se había firmado el 20 de junio de 1929 con el afamado bordador, que había estipulado en 36.700 pesetas el costo final de su ejecución, incluyendo la mano de obra de su taller y los materiales que suministraría la fábrica de tejidos López de Valencia. Sería una de las obras póstumas del genial bordador.
Con la alocución del Hermano Mayor haciendo un llamamiento a los sevillanos para ayudar a su sufragio, un gran número de instituciones sociales y culturales participaron en los gastos, entre ellos el Centro Mercantil. En la Junta de 20 de febrero se acordaría contribuir a la suscripción, si bien no se fijó por ahora la cantidad que sería determinada en el próximo mes de marzo (Junta Directiva de 20 de febrero de 1930, p.70). Finalmente, se destinaría una suma de doscientas cincuenta pesetas (Junta Directiva del 13 de marzo de 1930, p.76). El Hermano Mayor de la Macarena enviaría un besalamano a la Junta Directiva dando las gracias por el donativo que esta Sociedad había hecho para ayudar al coste del manto de la Virgen de la Esperanza (Junta Directiva de 4 de abril de 1930, p.89). En este año de 1930 estaría como presidente del Mercantil José J. de Olmedo y Ruíz de Bustillo, pero no cabe duda de que César Alba influyó en la decisión del Mercantil de aportar una dotación económica.
Don César Alba Alarcón moriría en 1954, no sin haber desempeñado una amplia carrera profesional en sus últimos años llegando a ser nombrado subdirector de la empresa de Seguros en Sevilla, cuya sede se inauguró en marzo de 1934, en la llamada Avenida de la Libertad, hoy Avenida de la Constitución. Como hemos visto, Don Cesar Alba fue de esas figuras que pasó por la vida dejando una amplia huella en las instituciones en que presidió como fueron los casos de la Hermandad de la Esperanza Macarena y el Círculo Mercantil de Sevilla.
José Fernando Gabardón de la Banda
Profesor de la Fundación CEU ANDALUCIA
Doctor en Historia del Arte y Derecho