Ricardo Herrera Márquez sitúa su primer libro en el periodo histórico que más le apasiona, la Segunda Guerra Mundial
La jubilación no es más que un nuevo inicio. Así es como la ha afrontado Ricardo Herrera Márquez, que ha debutado como escritor a la edad de 65 años con toda la ilusión de un primerizo.
La humana tragedia es una referencia a La divina comedia, de Dante Alighieri. El guiño no solo se queda ahí, ya que los capítulos del famoso poema son los mismos que los de la novela: Infierno, Purgatorio y Paraíso. “No se baja al infierno acompañado del poeta Virgilio porque estamos ante otro tipo de infierno, la guerra”, comenta Ricardo.
“Cuando terminé el Bachillerato, con 15 años, mi abuelo me regaló dos tomos sobre la Segunda Guerra Mundial, y me los leí de arriba abajo”, confiesa sobre los orígenes de su pasión por este conflicto bélico, escenario de su primera novela.
La trama se sitúa en el norte de Italia, durante la primavera de 1944, principalmente en las ciudades de Milán, Florencia y Roma. Un grupo de convictos alemanes son seleccionados para buscar y encontrar a un general alemán que se ha perdido. Arguyen que se ha vuelto loco, que tiene ideas derrotistas y que puede difundir esas falsas ideas, pero la verdad es que guarda un secreto muy importante.
No todos los convictos son alemanes. De hecho, la mitad no ha nacido en Alemania y uno de ellos es sevillano, que combatiendo en la División Azul fue condenado por matar a un general de las SS. Al ser de la capital hispalense, habla de su ciudad y de la Semana Santa, la otra pasión del autor.
“Cuando uno escribe, muchas veces la pantalla del ordenador parece un espejo tuyo”, declara Ricardo, que incluso menciona la importancia que han tenido cronistas de Sevilla de la categoría de Chaves Nogales o Nicolás Salas para La humana tragedia. “Inevitablemente, escribes sobre tus pensamientos”, sentencia.
De esta manera, crea unos personajes que se miran en Miguel Mañara, que protagoniza la portada del libro. “En la novela hay muchas historias humanas y muchas personas que de forma altruista salvan de la muerte o de la miseria a personas desvalidas o indefensas, que es el espíritu del destacado sevillano”, indica el escritor.
Un nuevo novelista
El sueño de Ricardo Herrera siempre fue escribir libros. Durante su vida profesional escribió algunos relatos que no tuvieron la fortuna de ser publicados. Tampoco tuvo mucho tiempo para dedicarle, ya que su empleo de comercial en la industria farmacéutica le absorbía demasiado.
Sin embargo, cuando se jubiló hace tres años, comenzó a escribir la novela que siempre había imaginado. Creía que no llegaría a más de unas 200 páginas, pero le surgió la inspiración y, junto a una rutina diaria muy estudiada, terminó en las 1.000 que es la extensión de La humana tragedia.
Ricardo es el perfecto ejemplo que nunca es tarde para perseguir tus sueños.