El pasado sábado 21 de noviembre el grupo de senderistas del Círculo Mercantil se enfrentó al trayecto más exigente de la temporada 2020/21 partiendo desde Algeciras.
La ruta de noviembre llevó a nuestro fiel grupo de senderistas a disfrutar del trayecto más desafiante de la temporada por la Garganta del Prior y el Cerro de la Palma. Nuestro todoterreno guía Tato dirigió al grupo por las laderas orientales de la Sierra de la Palma, al sur del Parque Natural de los Alcornocales, donde se sitúa una de las últimas selvas europeas alrededor del arroyo del Prior. “Un bosque mágico”, como describió Tato.
El grupo de senderistas salió a las 7 de la mañana del 21 de noviembre en un autobús en dirección a Algeciras, haciendo una parada para coger fuerzas con el desayuno en la venta La Palmosa, en Alcalá de los Gazules.
El inicio de esta estimulante ruta estuvo marcado por anchas pistas por campo abierto, donde visitaron las llamativas ruinas de un par de molinos harineros y papeleros. En poco tiempo llegaron al cauce del arroyo por el que, como nos relata Tato, “seguiríamos valle arriba entre una densa floresta que nos hacía pensar en las húmedas junglas tropicales, que aquí nos tenía permanentemente abrigados”.
Cuando la pendiente empezó a hacerse más pronunciada, nuestros senderistas menos habituales tuvieron que hacer un gran esfuerzo que fue recompensado conforme se acercaban al puerto. “Allí empezamos a disfrutar de las vistas hacia el sur de las sierras cercanas, todas cubiertas de bosque hasta donde alcanzábamos a ver (para que luego digan que Andalucía es seca)”, ilustra nuestro guía. Desde ese punto se empezó a vislumbrar el Peñón de Gibraltar y el mar Mediterráneo.
En esta zona alta, después de un gran esfuerzo de nuestros senderistas, se buscó un lugar donde pudiesen escapar del incómodo y frío viento para descansar y comer. Esta parada sirvió para repostar energía y llegar a la cima del cerro de la Palma.
“Con la bahía de Algeciras a nuestros pies, comenzamos el descenso entre senderos, pistas y campo abierto”, así nos cuenta Tato que fueron los últimos kilómetros de la ruta de senderismo, incluso con un tramo donde se hizo de noche. Finalmente, nuestros exhaustos, pero satisfechos senderistas, llegaron al club sobre las 9 de la noche. Una ruta para el recuerdo.