Del 21 al 28 de abril José María Pedernal expone en una de las salas del Círculo Mercantil su producción artística del último año y medio, un compendio de medio centenar de obras que han surgido de la pregunta introspectiva de su autor: “¿Qué es lo que más echaría de menos si me falta alguna vez?”
De familia manchega, por parte paterna, y sevillana por la materna, la genética artística le viene por esta última, siendo su tío abuelo el genuino ceramista Enrique Orce. Como él, siguió los pasos de profesor de dibujo y actualmente es profesor de esta disciplina en el IES Luca de Tena, donde ejerció el cargo de director durante los últimos ocho años.
Un exigente puesto que combinó con el de Hermano Mayor de la Amargura. En su Hermandad se ha llevado desde el año 98 ocupando durante los últimos 23 años diferentes cargos: Prioste 2º, Promotor Sacramental, Teniente Hermano Mayor para acabar finalmente como Hermano Mayor de la Corporación durante un total de seis años.
Pedernal reconoce que han sido años de mucha exigencia en los que, en más de una ocasión, ha llegado extenuado. Pero su carácter inquieto no le daba tregua y, a pesar de todo, aún sacaba tiempo para seguir pintando, su gran pasión. “La gente me preguntaba, ¿de dónde sacas el tiempo?”, reconoce el artista.
Cuando llegó el confinamiento, encontró en los paseos hasta casa de su madre de 91 años una forma de evasión. “Ella vive sola y en lo más duro de la pandemia, cuando no salía nadie, iba a atenderla”. Al salir, aprovechaba sus pequeños ratos en el estudio de pintura que tenía debajo de su casa “y allí me quedaba creando”, asegura. “Pintaba como terapia personal”.
Y así, sin pretensión ninguna, solo dejándose llevar comenzó una prolífica producción de alrededor de 50 obras pictóricas -acrílicos y óleos- sobre tabla, lienzo y papel que fue compartiendo por redes sociales. “La gente me compraba los cuadros y me pedía que hiciera una exposición”, asegura. Sin imaginarlo comenzó a sentir que su obra debía ser compartida porque como él mismo reconoce “el arte no tiene sentido si no lo ve la gente al natural; es cuando otros lo ven y hacen sus propias lecturas cuando realmente se cierra el círculo”.
De lecturas también sabe Pedernal que en el año 2018 fue finalista de la cuarta edición de los premios Círculo Rojo en la categoría de poesía con su poemario “Donde los azules hieren”. En la última década, este docente, amante de las artes, creador y gran cofrade ha exprimido sus minutos dando lo mejor de sí mismo, y hasta el próximo 28 de abril mostrará a la ciudad de Sevilla su última obra, fruto del sinsabor de una pandemia que nos mantuvo privados del disfrute de esa luz primaveral que solo tiene Sevilla y que Pedernal tan bien supo captar.
Su primera exposición individual la realizó en el año 1996 en Toledo, la tierra de su padre, desde entonces han sido un total de ocho las exposiciones individuales desarrolladas y alrededor de una docena de exposiciones colectivas. A lo largo de su trayectoria ha tenido una marcada tendencia a la abstracción geométrica donde las manchas y colores eran predominantes. Pero cuando se inicia la pandemia y, “te ves en lo peor de lo peor y no sabes que va a haber mañana, pensaba: ‘¿Qué es lo que más me gustaría volver a vivir?’ y, solo me salía Semana Santa, Feria, Rocío… Nuestras fiestas”.
José María recuerda la exposición del Ateneo donde en el año 2005 expuso con una muestra de calles, patios y azoteas, en la que aportaba diferentes visiones de la ciudad, “lo que veías a nivel de la calle, a nivel de patios, cuando te adentrabas en las casas y cuando subías a la azotea”. En “Memoria de la Luz”, trae esas nuevas vistas “pero reformuladas muchos años después”.
“He vuelto a la figuración con pinceladas sueltas, si te acercas solo vez manchas de colores, y al alejarte ves el ambiente, la atmósfera que se respira”, nos cuenta el autor.
Entre las numerosas obras que se pueden admirar hasta el 28 de abril de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 h. en la sede cultural del Círculo Mercantil, destacan “las vistas de Sevilla: del río desde la calle Betis, paisajes, jardines, los del Alcázar o de Pilatos…”.
Y la luz como eje que rige toda la obra. “La Luz de Sevilla define la ciudad y, concretamente en el equinoccio de primavera y el de otoño, la luz la puedes tocar”. Es una luz tangible.
Al acto inaugural asistieron además del protagonista, José María Pedernal, el presidente del Círculo Mercantil de Sevilla, Práxedes Sánchez, así como hermanos mayores de corporaciones de Sevilla, pintores y fotógrafos reconocidos de la ciudad.